Nos referimos a Habilidades Blandas cuando hablamos de las capacidades no académicas de nuestras aptitudes. Hoy en día, constituyen esas habilidades muy preciadas para desenvolvernos en el cambiante mundo en el que vivimos. Ya no basta con saber y lograr un dominio total de algún tema, para poder triunfar en el Siglo XXI debemos contar con una serie de habilidades especiales como flexibilidad, resolución de problemas, adaptabilidad al cambio, liderazgo, autocontrol, trabajo en equipo, creatividad y la comunicación. El manejo de las destrezas académicas nos asegura la capacidad de consecución de un diploma, pero son las habilidades personales las que nos motivarán a alcanzar esos conocimientos, saber qué hacer con esos conocimientos y cómo sacarles provecho de la mejor manera.
¿Estamos enseñando a nuestros niños estas habilidades? Lamentablemente no lo suficiente. Nos preocupamos mucho por lograr las metas académicas de nuestros hijos que olvidamos desarrollar estas destrezas personales que son indispensables para saber qué hacer con la información que sí les estamos enseñando. Un estudio de la Universidad de Duke encontró una relación muy estrecha entre estas habilidades blandas y la reducción de conductas antisociales, por esto, como una de sus conclusiones recomiendan que los programas escolares incluyan más componentes que tomen en cuenta prácticas que estimulen habilidades personales además de las académicas.
Algunas recomendaciones para generar niños con mejores habilidades blandas:
- Deje que los niños se equivoquen y busquen soluciones. Si se tropieza, permítale levantarse sin correr a hacerlo usted. Si algo se le está dificultando ayúdelo a perseverar. Queremos a toda costa evitar los fracasos de los niños para evitarles el sufrimiento, pero al privarlos de cometer errores, también los privamos de adquirir creatividad, resiliencia y experiencias frente a las vicisitudes de la vida.
- De retroalimentación genuina por los progresos e intentos a conductas positivas. Tal vez a su hijo le cueste gran trabajo alistarse a tiempo en las mañanas, pero un poco de motivación hacia sus esfuerzos en lugar de hacerle todo más fácil puede traerle mejores beneficios a largo plazo.
- Modele buenos modales. Los saludos, el contacto visual, la amabilidad, el respeto por los demás y la empatía son mejor aprendidos cuando los vemos en el diario vivir que si nos dicen que debemos hacerlo.
- Realice actividades con su hijo que requieran tomar turnos. Deje que su hijo genere paciencia, respeto por el turno de otros y autocontrol. Busque actividades como juegos de mesa, actividades físicas y juegos de palabras.
- Permítale a su hija que elija actividades en las que encuentre disfrute. Quizá la mayoría de sus amigas prefieran bailar ballet, pero ella quiera hip hop. ¡Esta bien! Aproveche este momento para que de su opinión y explique por qué prefiere esta actividad y no otra. Será un excelente ejercicio para la toma de decisiones.
- Hablen durante el tiempo de comida. La vida ajetreada nos puede impedir sentarnos en el comedor en familia, pero este tiempo en valioso para generar habilidades de comunicación.
- Reduzca al máximo el tiempo de tecnología y deje que sus hijos se aburran. Del aburrimiento pueden comenzar los planes más creativos.
Los niños son aprendices innatos, aprovechemos esta naturaleza curiosa para seguir fomentando su interés por aprender. El tiempo de vacaciones escolares es propicio para dejarles descubrir sus talentos y aprender lo que les gusta a su ritmo. No sólo estarán evitando un retroceso académico que les puede afectar su rendimiento escolar, sino que también podrán desarrollar nuevas habilidades que les permitirán reencontrarse con el aprendizaje.
-Ms.P
